miércoles, 29 de junio de 2011

El Fielato


El Fielato eran unas oficinas municipales que se establecieron en toda España a la entrada de los núcleos de población desde mediados del siglo XIX. Su función era cobrar los impuestos sobre algunos artículos de consumo. El término procede del fiel o balanza que se usaba para pesar los productos y así aplicar la tasa correspondiente.
De esta manera, se cobraban arbitrios sobre el vino, los aguardientes, aceite, carne y pescado. Constituía una actividad de suma importancia para los ayuntamientos, pues dependiendo de la localidad podía llegar a suponer entre un 50 y 70% del total de los ingresos municipales. En cada una de las oficinas, estos celosos aduaneros locales paraban a todas las personas que pretendían entrar a la población para inspeccionar si traían alguna mercancía susceptible de pago de tasas. Daba lo mismo que fueran a pie, en montura, en carro, coche, guagua e incluso en tranvía: todo el mundo debía detenerse ante la autoridad fiscal.
En el Diccionario de la Administración Española de Marcelo Martínez Alcubilla en el apartado referente a la contribución de consumos, se recogen una serie de artículos para el correcto funcionamiento de los fielatos:
  • Art. 37. Los fielatos serán abiertos a la salida del sol y cerrados a la puesta del mismo.
  • Art. 41. Los fielatos centrales reconocerán y adeudarán las especies que concurran a ellos al tiempo de entrar y salir de los mismos.
  • Art. 42: Donde no existan fielatos exteriores deberán establecerse uno o más interiores según lo exijan las conveniencias del servicio.
  • Art. 45: Donde sólo existan fielatos interiores, la circulación de especies para dirigirse a ellos, sólo podrá verificarse por las calles designadas al efecto con marcas o rótulos visibles.
En Piérnigas se localizaba en la calle camino a rojas, cuando no había ni aceras ni farolas.

1 comentario:

ZáLeZ dijo...

Hola Aitor:
Interesante reportaje del Fielato, que me recuerda y mucho a lo que en la época medieval se cobraba en Frías con los derechos de pontazgo, cuando, tanto las mercancías, mercaderías como tráfico personas a través del puente medieval, cobraba el Ayuntamiento y suponían unos ingresos a las arcas municipales de primer orden.
Saludos,